La vitamina D está estrechamente relacionada con la salud muscular pero también con la salud ósea. De ahí que sea tan importante si realizamos deporte o si queremos mejorar nuestro rendimiento físico.
De hecho, vigilar que consumimos las cantidades diarias recomendadas de vitamina D nos favorecerá en diferentes procesos relacionados con el rendimiento pero también con la recuperación tras la actividad deportiva.
¿POR QUÉ LA VITAMINA D ES TAN BUENA PARA LOS DEPORTISTAS?
En primer lugar, la vitamina D nos puede ayudar a prevenir lesiones debido al fortalecimiento óseo y al refuerzo muscular, dos factores que se incluyen en su lista de beneficios. Obviamente, debemos evitar realizar movimientos o posturas que puedan provocarnos una lesión, pero contar con unos huesos y músculos sanos y fuertes también es importante.
Por otro lado, también nos ayudará a combatir la fatiga y a estar más vitales y enérgicos. Y a esto se une que la vitamina D es importante para asimilar otros nutrientes, como el calcio y el fósforo. El primero de ellos, vuelve a poner de manifiesto la importancia de esta vitamina sobre la salud ósea, mientras que el segundo favorece la concentración y la energía.
Otro beneficio de la vitamina D es su influencia sobre el sistema inmunitario, gracias a la cual conseguimos prevenir gripes, resfriados y otras enfermedades similares.
TRES FORMAS DE CONSUMIR VITAMINA D
Hay tres formas fundamentales de consumir la vitamina D: mediante la alimentación, a través de ciertos suplementos o absorbiéndola por la piel gracias al sol.
La alimentación es clave para tener una buena base nutricional. En este caso, el pescado azul, los huevos y el queso son tres fuentes de vitamina D. Los lácteos, en general, son ricos en vitamina D y, además, al tener un alto contenido de calcio, hacen que la asimilación de ambos nutrientes sea más efectiva en nuestro organismo.
Los suplementos alimenticios son otra opción si tenemos carencia de vitamina D o no la sintetizamos bien. Estos nos los debería recomendar un médico, en función de nuestro historial clínico, aunque muchos de ellos se venden sin receta y no son perjudiciales, por lo que puede ser el propio farmacéutico quien nos aconseje cuál tomar.
Por último, una de las formas más agradables de generar y absorber vitamina D es tomando el sol. Con el contacto de la piel con el sol, nuestro organismo es capaz de crear esta vitamina. Eso sí, recuerda tomarlo siempre con precaución y evitar las horas centrales del día para que tu piel no sufra.