La decisión de abrir una embajada de Kosovo en Jerusalén ha quedado en el aire tras una reunión del embajador turco en Pristina, Cagri Sakar, con el probable futuro primer ministro de Kosovo, Albin Kurti.
Tras entrevistarse hoy con el representante de Ankara, Kurti anunció que la eventual apertura de una embajada kosovar en Jerusalén será decidida tras un “examen de la documentación del Gobierno saliente”, informo el portal kosovar Kossev.
El asunto ha sido abordado en la reunión de Sakar y Kurti, confirmó en un comunicado el partido de este último, el nacionalista de izquierda Autodeterminación (Vetevendosje).
Según Kossev, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ya había pedido a Kurti reconsiderar la decisión de poner la legación diplomática de su país en Jerusalén, anunciada el pasado septiembre por el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Tanto Erdogan como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, felicitaron a Kurti por su victoria electoral el 14 de febrero, que previsiblemente le llevará a asumir la jefatura del Gobierno de su país.
Mientras que en su carta de felicitación Netanyahu le invitó a la inauguración de la embajada en Israel, el jefe del Estado turco le pidió reconsiderar ese paso, asegura Kossev.
Autodeterminación indica en su comunicado que, después de reunirse con Sakar, Kurti declaró que el reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de Israel y “el establecimiento de las relaciones diplomáticas (entre ambos países) es muy importante para Kosovo”.
No obstante “el lugar donde se ubicará la embajada es un asunto que se abordará examinando también la documentación del Gobierno saliente”, añade la nota.
Kosovo e Israel establecieron relaciones diplomáticas el pasado 1 de febrero, cumpliendo un acuerdo pactado en Washington en septiembre pasado con Trump, cuando se anunció un compromiso para normalizar las relaciones económicas entre Pristina y Belgrado.
En su mediación en el conflicto entre Serbia y Kosovo, la administración de Trump consiguió que ambos países se comprometieran a abrir sendas embajadas en Jerusalén.
Al entablar relaciones diplomáticas, Israel reconoció la soberanía de Kosovo, antigua provincia serbia que en 2008 proclamó de forma unilateral su independencia, reconocida hasta ahora por EE. UU. y la mayoría de los miembros de la Unión Europea (UE), pero no por Serbia, España, China o Rusia, entre otros países.