Radovan Karadzic, exlíder político serbobosnio durante la guerra de los Balcanes, ha sido condenado a cadena perpetua por el genocidio de Srebrenica (1995) y el sitio de Sarajevo (1992-1996). El fallo lo ha dictado el Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales, que cierra los casos del extinto Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (ICTY). Sus jueces han considerado insuficientes los 40 años de cárcel impuestos por un tribunal de primera instancia en 2016 al exdirigente “dada la magnitud y crueldad de los crímenes” cometidos. Karadzic apeló hace tres años esa sentencia. También la fiscalía, que pidió la privación indefinida de libertad que ahora han ratificado los tribunales. Concluye así uno de los procesos más señalados de la guerra de los Balcanes.
La decisión ha sido recibida con aplausos y gritos de júbilo por el público asistente en la sala, entre los que se encontraba una delegación de las Madres de Srebrenica, que reúne a las mujeres de los cerca de 8.000 varones musulmanes fusilados en 1995 a manos de las tropas de Ratko Mladic. El general serbobosnio ejecutó los planes de limpieza étnica diseñados por el propio Karadzic, y cumple desde 2017 su propia condena a cadena perpetua. La masacre de Srebrenica fue la mayor atrocidad perpetrada en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial, y Karadzic centró su apelación en las supuestas limitaciones de su cargo político para cometer delitos de sangre. En su defensa, el antiguo dirigente serbobosnio esgrimió que “el primer juicio se fundó en rumores y tergiversaciones y la fiscalía pisoteó mi nombre”.