El secuestro de tres niñas cristianas para convertirlas al Islam

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Merab, Mariam y Persicla han sido secuestradas en las últimas tres semanas para obligarlas a casarse y convertirlas al Islam. Sus familias piden a las administraciones que actúen

Pakistán continúa siendo un país peligroso para la comunidad cristiana, especialmente si se tratan de mujeres. Prueba de ello es que tres menores de este colectivo han sido secuestradas en las últimas tres semanas, todos ellos con fines de matrimonio forzado para convertirlas al Islam.

El último caso ha tenido como protagonista Merab, una adolescente de apenas quince años de edad, secuestrada en Karachi el pasado 7 de marzo por un exconvicto llamado Noman en una amplia zona que se denomina Orangi Town, poblada por unas 1.200 familias cristianas.

“Mi hija es menor de edad y es inocente”, denuncia la madre de la menor, Sumaira. Hasta el momento han detenido a tres cómplices, pero el secuestrador sigue en libertad y Merab todavía está con él. “Pedimos al primer ministro Imran Khan y al gobierno de Sindh que tomen medidas serias contra los delincuentes. Noman nos está amenazando y ha dicho que nadie puede hacer nada contra él”, añadía Sumaira, quien también pidió a todos los cristianos que rezaran por su hija para que pueda volver a casa sana y salva.

Pero como decimos, el caso de Merab no es el único que se ha producido en las últimas semanas en Pakistán. El pasado 25 de febrero, en el mismo barrio, fue secuestrada Mariam, otra joven de 18 años. Desapareció cuando se dirigía al centro de formación al hospital Bakai, donde asistía a clase. Estudiante muy capacitada, estudia segundo de obstetricia y constituye un pilar fundamental para sostener económicamente a su madre viuda y sus hermanos menores. No tenía relación con ningún muchacho e incluso le decía a su hermana mayor que no hablara con extraños porque “en estos días no se puede confiar en nadie”.

La tercera adolescente secuestrada, también menor de edad, es Persicla, perteneciente a la comunidad cristiana como las dos anteriores. En este caso, el rapto se produjo delante de sus padres en su casa de Sumundhari, en Faisalabad. Dilawar. El padre de la niña relataba que estaban durmiendo en su habitación cuando un musulmán, Muhammad Qasim, irrumpió en su casa y, tras secuestrarla, los amenazó de muerte si informaban a alguien.

El activista de derechos humanos y secretario de información de la Asociación Cristiana de Pakistán, Naveed Lazar, explica que en los últimos meses un total de siete niñas cristianas han sido secuestradas en la misma zona de Orangi Town y cerca de 120 jóvenes fueron convertidas por la fuerza al Islam en los últimos cinco años.