Lo que sí que es cierto es que el virus del herpes simple es muy contagioso. Puede causar úlceras alrededor de la boca (o dentro de ella en encías o en el paladar) o en otras zonas de la cara aunque hay casos de personas que no presentan síntomas visibles. La forma de contagio puede ser con un contacto directo con el herpes o podría ser también por la saliva de una persona infectada (de aquí el riesgo de los besos al bebé).
Aunque en extraños casos podría derivar incluso en meningitis, por lo general en una persona adulta es una enfermedad leve, pero en cambio puede resultar muy dañiña para un bebé que todavía no tiene su sistema inmune completamente desarrollado y la infección podría propagarse rápidamente y afectar órganos vitales. Una medida de precaución sería evitar que el bebé fuera besado hasta cumplir los tres meses de vida o al menos evitar que lo sea en la boca o cerca de ella