Paris Jackson, la hija de Michael Jackson, ha sido la primera en reaccionar sobre el documental Leaving Neverland, en el que dos hombres, Wade Robson y James Safechuck, alegan que su padre abusó sexualmente de ellos cuando eran niños. Lo ha hecho a través de un portavoz, quien ha dicho al diario The Sun que la joven está preocupada por cómo estas revelaciones pueden afectar a su incipiente carrera como actriz. A sus 20 años, Paris espera hacerse un hueco en el mundo de la interpretación pero le preocupa que el documental haya arruinado sus posibilidades.
«Su preocupación», dice esta fuente, «es que cualquier película que protagonice fracase si el escándalo de abusos de Michael es todo en lo que la gente piensa cuando la ven en la pantalla. Ella quiere actuar pero sabe que esto podría afectar esos planes». En marzo de 2017, Paris debutó como actriz con un papel protagonista invitado en la serie FOX Star, como la experta en redes sociales Rachel Wallace. Posteriormente ha participado en la película Gringo, en la que se ha puesto a las órdenes de la oscarizada Charlize Theron. Durante la promoción del filme la sudafricana no dudó en resaltar la naturalidad con la que Jackson se mueve ante la cámara: «Ha heredado el talento de su familia. Admiro la capacidad que tiene para moverse en ese mundo tan difícil».
Además de apuntalar su faceta de intérprete, Paris también ha comenzado a dar sus primeros pasos como activista. Siguiendo la estela de su madrina, Elizabeth Taylor, fallecida en 2011 y gran amiga de su padre, la joven se ha convertido en embajadora de la Fundación Elizabeth Taylor en favor de los enfermos de SIDA. Un patronato encargado de financiar organizaciones que promueven la educación y el conocimiento de esta enfermedad, para evitar la criminalización de las personas que la padecen.