La unanimidad es uno de los resultados más costosos en las discusiones entre los países de la UE. Pero este viernes se quedaron a un socio (Bélgica) de llegar a un rápido y fácil consenso para bloquear la lista negra de países con agujeros legislativos que permiten el blanqueo de capitales y la financiación de grupos terroristas. Ese documento, elaborado por la Comisión, incluye 23 jurisdicciones, entre ellas Arabia Saudí o Panamá. Fuentes diplomáticas explicaron que la mayoría de los socios justificaron el veto en el rechazo a la metodología utilizada, aunque admiten que también pesaron las presiones de otros países, en especial las autoridades saudíes.
La Comisión Europea decidió hace apenas dos semanas proponer por primera vez una lista propia de países de “alto riesgo” con los que efectuar transacciones financieras debido a las “deficiencias” observadas en sus mecanismos y controles contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo internacional. La inclusión en esa relación de países no suponía sanciones, pero sí el requerimiento de controles adicionales a los bancos europeos para atar corto las transacciones en las que, de un modo otro, estén involucrados clientes y entidades financieras de esos Estados.
Los países tenían de plazo hasta el jueves para mostrar su rechazo a la lista de la Comisión. El veto requería que una veintena de Estados se opusiera a ella, lo cual se antojaba complicado. Sin embargo, fuentes comunitarias explican que finalmente 27 de los 28 socios llevaron su negativa al Consejo de la UE. Solo Bélgica dio luz verde a su tramitación, aunque fuentes diplomáticas sostienen que podría decidir sumarse a la posición abrumadoramente mayoritaria.
Carta de Arabia Saudí a los líderes europeos
Tras el varapalo a la Comisión, se convocó una reunión para este viernes con expertos financieros para conocer las razones de los países. Según las fuentes consultadas, la mayoría arguye cuestiones “metodológicas”, aunque los grandes, sobre todo Reino Unido y Francia, también están en desacuerdo con el contenido de la lista. Una portavoz de la Comisión Europea sostuvo que el procedimiento aún está en marcha y defendió que la “metodología” se ha fijado “de acuerdo con criterios claros” que se consultaron con los países miembros.
Sin embargo, esa lista provocaba recelos en muchas capitales desde el principio. Y esta semana algunos de los países incluidos en ella redoblaron la presión que venían ejerciendo. El rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, envió cartas a todos los líderes de la UE urgiéndoles a reconsiderar la presencia de Riad en ese documento, según informó Reuters. Pero los avisos también llegaron de Panamá o de Estados Unidos, que tiene en la lista jurisdicciones vinculadas con el país como Puerto Rico, Guam, Samoa o las Islas Vírgenes.
Los países miembros están valorando elaborar, según las fuentes diplomáticas consultadas, un comunicado conjunto sobre la decisión. Esta debe pasar también por el Parlamento Europeo. Precisamente, un grupo de 29 eurodiputados remitió este jueves una carta a los comisarios de Justicia, Vera Jourová, y Seguridad, Julian King, mostrando su preocupación ante las noticias que les llegaban de las presiones procedentes de Arabia Saudí.
En la misiva —firmada por diputados socialdemócratas, liberales, de la izquierda y Los Verdes— les instaban a mantenerse firmes ante ellas. El eurodiputado Ernest Urtasun (Los Verdes), uno de los firmantes, ha tacho de «vergonzosa» la postura de los Gobiernos de la UE. «Las presiones diplomáticas de Arabia Saudí han pesado más que el riguroso trabajo realizado por la Comisión en la elaboración de esta lista negra», ha lamentado.