El escandaloso caso de pedofilia protagonizado por el multimillonario Jeffrey Epstein salpica a la Administración de Donald Trump. El secretario de Empleo, Alex Acosta, ha salido a defender este miércoles el acuerdo que lideró como fiscal en 2008 y que le permitió a Epstein eludir los cargos federales cuando era acusado de pagarle a menores para que le hicieran masajes, felaciones y otros actos de carácter sexual. Acosta sostuvo que su oficina actuó “de manera apropiada” al acordar que el gestor de fondos admitiera su culpabilidad a cambio de ser condenado a 13 meses de prisión y su inscripción en el registro de delincuentes sexuales. “De otra manera hubiese quedado libre”, explicó el funcionario. Epstein fue imputado este lunes por tráfico sexual de menores y conspiración, cargos por los que se enfrenta a 45 años de cárcel.
A pesar de las presiones demócratas, Acosta no quiere renunciar al Gobierno. Durante la conferencia de prensa que ofreció este miércoles en el Departamento de Empleo afirmó que la relación que mantiene con Trump es “excepcional” y hasta que el mandatario no le pida la renuncia, él no abandonará el puesto. Los líderes de la oposición quieren que Acosta de un paso a un lado por su papel como fiscal federal de Miami en el caso contra Epstein en 2008. Entre 2002 y 2005, el multimillonario pagó a docenas de menores para que le hicieran masajes que acabaron muchas veces en abuso sexual, según las investigaciones.
Las acusaciones contra Epstein incluyen crímenes que se excluyeron del pacto que lideró Acosta y que mantuvo en secreto a las víctimas, según él, para que no perdieran la compensación financiera. Este año, un juez federal dictaminó que los fiscales de Miami violaron los derechos de las víctimas al no notificarles que el acuerdo incluía que no se iban a presentar cargos federales. “El mundo de hoy trata a las víctimas de manera muy, muy diferente”, se excusó Acosta durante la comparecencia de 40 minutos, en la que no pidió perdón.
El mensaje que intentó traspasar el exfiscal fue que su oficina hizo lo mejor que pudo con la evidencia que estaba disponible en esos tiempos, y que si no fuera por ellos, el entonces fiscal de Palm Beach hubiese dejado libre a Epstein. “Queríamos ver a Epstein ir a la cárcel”, aclaró. “Necesitaba ir a la cárcel”. Además, celebró que la Fiscalía de Nueva York esté avanzando en el caso, con las nuevas pruebas. El multimillonario fue acusado formalmente de tráfico sexual de menores y conspiración este lunes. “Durante muchos años, Jeffrey Epstein explotó sexualmente y abusó de decenas de niñas menores en su casa en Manhattan (Nueva York) y en Palm Beach (Florida), entre otros lugares”, describe el auto del gran jurado.
“(Epstein) creó y mantuvo una red de víctimas menores”, siendo la menor de ellas de 14 años. En aquella época el gestor de fondos tenía 55. Él “sabía que muchas tenían menos de 18 años”, afirma el documento con los cargos, en el que se indica que algunas de las adolescentes “expresamente le dijeron su edad”. “Él era y es un depredador sexual”, dijo este miércoles Acosta, quien está en el escrutinio precisamente por la extrema indulgencia con que trató al culpable de los delitos de abuso sexual. El futuro de ambos está en manos de la justicia. Epstein, en la cárcel desde el sábado, tiene una audiencia programada para la próxima semana. En el caso de Acosta, la Oficina de Responsabilidad Profesional del Departamento de Justicia, encargada de investigar las presuntas faltas de sus miembros, está revisando la forma en que Acosta y los demás fiscales negociaron el polémico acuerdo.