El secretario general de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Andreu Camps i Povill, ha anunciado este mediodía la implantación de un nuevo modelo de competición de fútbol femenino paralelo a la Liga Iberdrola. El modelo, al que el comité nacional de fútbol femenino dio ayer su visto bueno, se encuentra en fase de negociación y tendrá que ser aprobado en la asamblea general extraordinaria que la RFEF celebrará en abril.
El nuevo modelo tendrá dos divisiones: una de elite, con 16 equipos, y otra de promesas con 32 equipos divididos en grupos territoriales con fases de ascensos y descensos. La RFEF pretende que se ponga en marcha la próxima temporada. “La adscripción será voluntaria [y clasificará los equipos a las competiciones UEFA] y será requisito necesario que los clubes tengan licencia de la federación”, explicó Camps. “El modelo que se ha diseñado coge lo mejor del fútbol [femenino] inglés y el alemán, y también tiene elementos del australiano. Estamos en condiciones de liderar a nivel europeo un proceso de innovación. Eso implica una apuesta muy clara por favorecer el fútbol base. Los equipos tendrán que tener un número mínimo de jugadoras que provengan de su base, habrá límite a futbolistas extranjeras. Se fijarán condiciones mínimas de salarios, habrá fondos de garantías salariales y un fondo de ayudas sociales a las jugadoras”, prosiguió el secretario general.
Según explicó, este nuevo modelo surge después de estudiar el funcionamiento de los países que lideran el fútbol femenino europeo y busca conseguir cuatro objetivos. “Dar el máximo apoyo y relevancia, y conseguir que nuestras selecciones sigan obteniendo grandes resultados a nivel internacional. Tenemos que hacer un plan estratégico para mantenernos y mejorar la proyección internacional de nuestras selecciones femeninas. Queremos, además, que un plazo máximo de seis años el fútbol femenino tenga el máximo de licencias deportivas entre las chicas menores de 14 años, que sea el deporte más practicado en la base. Queremos apoyar la profesionalización de las jugadoras mediante mecanismo de ayudas; dirigidas también a los clubes que apuesten voluntariamente por este nuevo modelo de competición”, detalló Camps.
¿En qué lugar va a quedar la Liga Iberdrola tal y como se conoce actualmente?, le preguntaron al secretario general de la RFEF. “Podrá existir. No estamos quitando una para poner otra, estamos creando un modelo de competición nuevo que liderará la RFEF. Los clubes que quieran se podrán adscribir. Iberdrola puede y sería un deseo que también fuera el patrocinador oficial de la competición que nosotros vamos a liderar”, contestó. ¿Y si las fechas de la Liga Iberdrola y de esta nueva Liga que impulsáis coinciden?, le insistieron. “Puede ser que la [nuestra] liga de élite sea la Iberdrola. Es una cuestión de que el sponsor quiera colaborar con nosotros”, respondió.
¿A qué responde esta necesidad de crear una nueva competición femenina en España? “Hemos estado analizando los modelos de profesionalización y los modelos de ayuda para la élite del deporte femenino a nivel mundial. Cogemos lo bueno de cada modelo, inglés, australiano y alemán, estamos intentando ponernos en el sitio que le corresponde a España desde el punto de vista de potenciación del deporte femenino”, contestó Camps. “Estamos en la élite, como habéis visto con los resultados de las selecciones femeninas. Entendemos que es responsabilidad y obligación de la Federación buscar aquel mecanismo que permita seguir manteniendo a las jugadoras y sus resultados en la elite mundial. Eso sólo se puede conseguir mediante la vertebración de una competición en la que haya relación estrecha entre la elite y las promesas. Que no funcionen de manera aislada”, concluyó.