El entrenamiento que más gusta: sexo y deporte

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¿El deporte es bueno para el sexo?

La sexualidad es una parte fundamental de las personas, esencial para el bienestar, y está condicionada por múltiples factores de características biológicas, psicológicas y sociales. Las esferas biológica y psicológica son muy importantes para la vivencia de la sexualidad. En este sentido, practicar deporte es deseable para mantener una vida sexual activa y plena porque contribuye a mantener sanos nuestro cuerpo y nuestra mente, factores muy positivos y potenciadores de la salud y la satisfacción sexual.

Mantener el cuerpo sano y en forma mejora la resistencia ante los esfuerzos y la flexibilidad; factores positivos y potenciadores de la salud y la satisfacción sexual.

A nivel psicológico, el ejercicio físico ayuda a controlar el estrés al liberar neurotransmisores como la serotonina, dopamina y noradrenalina y endorfinas, que forman parte del sistema fisiológico de recompensa.

La actividad física genera una acción analgésica y calmante que hace que las personas se sientan mejor y con mejor estado de ánimo, lo que predispone hacia la actividad sexual.

El deporte nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos y físicamente más atractivos, lo que contribuye a mejorar nuestra actividad y satisfacción sexual.

Los deportistas somos más proclives a llevar un estilo de vida saludable, que no pasa solo por el ejercicio periódico sino también por una alimentación sana y equilibrada y una correcta hidratación, claves en el disfrute sexual.

La actividad física regular previene enfermedades como la hipertensión, la diabetes o los problemas de colesterol, que pueden ser el origen de los problemas de erección en hombres y de excitación en mujeres.

¿Cuándo afecta el deporte negativamente a mi vida sexual?

Todos los excesos son malos y el deporte también puede afectar negativamente a tu vida sexual si te pasas. En las consultas de sexología, en ocasiones, nos encontramos pacientes faltos de deseo sexual pero que en cambio realizan deporte periódicamente y con cierta intensidad. Sin caer en generalizaciones, acostumbran a ser pacientes con rasgos de personalidad exigente, autoperfeccionista y con algunos tintes obsesivos. A este tipo de pacientes el ejercicio físico les calma, les hace desconectar y estimula la liberación de dopamina a nivel cerebral. Se trata de personas que en ocasiones no son conscientes de la importancia que tiene la conexión con su pareja y creen estar bien, pese al síntoma de alarma de que hay un problema en la relación que es la disminución de la libido y la baja frecuencia de la actividad sexual.

Otro caso que todos conocemos es el de un deportista amateur que se esfuerza tanto en entrenar para mejorar sus marcas o preparar determinada prueba… que se queda sin fuerzas físicas ni mentales para nada más. Tampoco para el sexo.

Y no solo es una cuestión de agotamiento físico. Cuando le dedicas mucho tiempo a una cosa, ya sea el deporte, el trabajo o cualquier hobby, dejas de pensar en otras. Para desear hay que pensar en el sexo y ser receptivo a los estímulos que lo provocan.

¿Y cómo afecta el sexo a mi rendimiento deportivo?

Existe la creencia de que el sexo debilita o resta energía, y en base a ella algunos entrenadores incluso prohíben a sus deportistas la actividad sexual durante las horas o los días previos a la competición. Esto se ha demostrado que no es necesariamente cierto, ya que el desgaste energético que produce la actividad sexual no incide tanto como se cree en este aspecto (especialmente si hay una noche de buen descanso de por medio). Si has descansado y te has alimentado correctamente, el sexo antes de competir puede resultar incluso beneficioso para tu rendimiento.

El sexo nos relaja a todos, baja la ansiedad y aumenta la sensación de confort y la seguridad de cara a la prueba deportiva. En el caso de las mujeres, además aumenta los niveles de testosterona, lo que puede contribuir a mejorar el rendimiento.

La falsa creencia de que el sexo es malo para el rendimiento deportivo no está motivada por la propia actividad sexual, sino más bien por situaciones que algunas personas asocian al sexo (o más bien a la búsqueda de una nueva pareja sexual) y que nos pueden privar de sueño y descanso y se relacionan con el consumo de tóxicos como alcohol o tabaco.

¿Cómo puedo mejorar la calidad de mis relaciones sexuales?

Ser deportista ya es una ventaja, porque las personas que realizan deporte tienen más posibilidades de tener mayor calidad en sus relaciones sexuales.

El tipo de relación que mantienes con tu pareja y la importancia otorgada a la vida sexual son también factores determinantes. Todo ello debería complementarse con un estilo de vida saludable, que no pasa solo por el ejercicio periódico sino también por una alimentación sana y equilibrada y una correcta hidratación. Una mala alimentación, el sedentarismo y unos hábitos de vida poco saludables afectan al buen mantenimiento físico de nuestro organismo y, en consecuencia, van en contra de una vida sexual plena.

Además, los problemas de erección en los hombres o los trastornos de excitación en las mujeres pueden ser problemas secundarios frecuentes entre personas con otras patologías tales como hipertensión, diabetes o problemas de colesterol. Se trata de enfermedades con más posibilidades de aparecer a medida que aumenta la edad. En estos casos puede funcionar recibir ayuda de un producto natural combinado con motivación y dedicación y un asesoramiento adecuado. Existen suplementos alimenticios naturales como Aquilea Vigor él y Vigor ella, que producen una mejora sostenida del deseo, aumentan la libido y en consecuencia, benefician la calidad de las relaciones sexuales.

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