Si te has armado de buenas intenciones y te has apuntado al gimnasio, ya sea para mejorar tu forma física, mantener un peso saludable o definir tus músculos, debemos avisarte que tras el primer día de gimnasio también se irán contigo a casa las temidas agujetas. Por suerte, hay fórmulas para aprender cómo quitar las agujetas. Estas te permitirán continuar con tu rutina diaria habitual sin ese dolor punzante y a seguir prácticando ejercicio físico sin querer abandonar a la primera de cambio.
Si todavía no te has enfrentado a tu primer día de gimnasio, es fundamental que comiences la actividad física con un poco de calentamiento previo, en lugar de lanzarte directamente al deporte que hayas escogido.
En este caso, los estiramientos estáticos no son muy adecuados ya que pueden reducir el rendimiento, pero sí los estiramientos aeróbicos como, por ejemplo, un poco de carrera con trote suave o incluso caminar a paso rápido. Estos dos ejercicios tan sencillos te ayudarán a calentar los músculos antes de pasar a la verdadera acción.
Mantente bien hidratado mientras realizas deporte y cuida tu alimentación inmediatamente después de terminar con el ejercicio. Quienes realizan trabajo de musculatura suelen optar por una barrita de proteínas, pero el plátano sigue siendo el rey en este tipo de alimentación post-entrenamiento. Fácil de comer, nutritivo y con un alto contenido en potasio, que nos ayudará a evitar calambres y otros problemas musculares.
Si quieres saber cómo quitar las agujetas después de la actividad física, tanto si ya han aparecido como si no, los tratamientos de frío pueden ser de gran ayuda. ¿Cómo? A través baños, duchas o cremas con efecto frío. Todas estas opciones contribuyen a eliminar la inflamación y calmar el dolor.
Entre los remedios caseros más populares, además del famoso vaso con agua y azúcar que seguro te recomendaban tus abuelos tras la clase de Educación Física del colegio, también destacan el zumo de piña y naranja (por la combinación de vitamina C y bromelina), los masajes con aceite de oliva y lavanda o la infusión de cayena, por sus propiedades antiinflamatorias.
También es importante que no dejemos de practicar ejercicio. Si el dolor no te permite subir la intensidad, es preferible que continúes ejercitando la zona suavemente, pero no te detengas ahora. En ese caso, estarás sufriendo constantemente esas “agujetas del primer día”. Además, verás como tras unos minutos de entrenamiento comenzará a disminuir el dolor.