Derrota «extraordinaria» de los conservadores en el sur de Inglaterra

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El partido de los Liberal-Demócratas británicos ha arrebatado un escaño a los conservadores en el sur de Inglaterra, causando una conmoción por el espectacular giro en la intención de voto y porque podría ser un indicio de la existencia de un malestar con el Gobierno en regiones ricas. El líder del partido vencedor, Ed Davey, ha afirmado que «el muro azul ‘tory’ en el sur ha comenzado a desmoronarse».




Boris Johnson celebraba hace un mes la victoria conservadora en Hartlepool, también para sustituir a un diputado. Era una pica más de los conservadores en el «muro rojo» tradicionalmente laborista, que en numerosos puntos de las comarcas centrales y del norte de Inglaterra se expresó en favor del ‘brexit’ y desde las elecciones de diciembre de 2019 ha confirmado la popularidad de Johnson.

El primer ministro ha prometido equilibrar la economía y las rentas del país, reducir diferencias entre norte y sur. En Chesham y Amersham no hay larga decadencia industrial sino las amenazas de que su bello paisaje y su calidad de vida sean alteradas por el relajamiento de normas para construir nuevas viviendas y de que el Gobierno persista en la construcción del tren de alta velocidad que uniría Londres y Birmingham, atravesando el condado de Buckinghamshire.

Siempre ‘tory’

Allí está Chequers, la residencia de fin de semana del primer ministro. Allí estableció sus residencias la rama inglesa de la familia Rothschild, que dio también diputados. Desde la formación, en 1974, de la circunscripción de Chesham y Amersham, siempre fue elegido el candidato conservador. En ese sur de Buckinghamshire, el ‘brexit’ ganó por menos de un punto porcentual en el referéndum de 2016.




La caída del voto laborista sugiere que, en el muro azul del sur, un número sustancial de electores elige la papeleta con posibilidad de derrotar a los conservadores. En las municipales celebradas el mismo día de la victoria en Hartlepool, los conservadores ya perdieron numerosas concejalías en el sur. Pero los resultados esta vez son espectaculares. Los Liberal-Demócratas han subido un 30.4% en la proporción del voto. La abstención es significativa: un descenso de casi 25 puntos en una circunscripción con tradición de alta participación.




Puede ser un fenómeno pasajero, una de esas «by-elections»- en las que se sustituye a algún diputado fallecido o dimitido- que agitan unos días a políticos y medios, aunque no tienen consecuencias. Pero este «resultado extraordinario», según la descripción del candidato conservador derrotado, Peter Fleet, advierte quizás a Boris Johnson de que el éxito de su populismo en el norte pobre no repica en el rico sur.