Crisis en Venezuela: por qué el anunciado regreso de Juan Guaidó es un reto para Maduro y para la oposición

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“Anuncio mi regreso al país y la convocatoria de movilizaciones en todo el territorio nacional para este lunes y martes”.

Con esas palabras publicadas en su cuenta de Twitter, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, puso fin el sábado a las dudas sobre su intención de retornar a su país, donde corre el riesgo de ser enviado a prisión.

El diputado opositor se juramentó como “presidente encargado” de la República el pasado 23 de enero, prometiendo conducir un gobierno de transición que convoque elecciones libres argumentando que el mandatario Nicolás Maduro estaba usurpando el poder por haber sido electo en unos comicios fraudulentos.

Su actuación valió para que Maduro le acusara de intentar dar un golpe de Estado y para que el Tribunal Supremo de Justicia dictara en su contra una orden de prohibición de salida del país.

Guaidó desafió esa restricción abiertamente al viajar a Colombia para asistir a una cumbre del Grupo de Lima y, posteriormente, visitar Paraguay, Brasil, Argentina y Ecuador.

La respuesta del oficialismo no se hizo esperar. Maduro anunció que el líder opositor deberá rendir cuentas ante el Poder Judicial. “Él no puede ir y venir… y la justicia le tenía prohibido dejar el país. Yo respeto las leyes”, dijo.

Por su parte, Diosdado Cabello, el número dos del chavismo gobernante, aseguró en tono amenazante que las autoridades estarían aguardando a Guaidó. “Ahí lo estamos esperando. (Jorge) García Carneiro le tiene un comité de recepción”, dijo Cabello haciendo mención al gobernador del estado Vargas, donde se ubica el aeropuerto internacional de Maiquetía, principal puerto de entrada de vuelos internacionales a Venezuela.

Tensando la cuerda

En un mensaje difundido este domingo en directo a través de sus cuentas en redes sociales, Guaidó confirmó su regreso a Venezuela para encabezar las manifestaciones convocadas para este lunes a las 11 de la mañana, hora local.

“Mañana (lunes) tenemos un reto histórico. Regresamos a nuestro país”, dijo el dirigente venezolano desde un lugar no identificado.

¿Pero, qué se juegan gobierno y oposición con esta vuelta de Guaidó a Venezuela?

Guaidó retorna después de que el 23 de febrero la oposición no logró hacer ingresar la ayuda humanitaria donada por Estados Unidos y otros países para atender a decenas de miles de venezolanos.

El gobierno bloqueó el paso por las fronteras de Venezuelacon Colombia, Brasil y con las islas caribeñas de Aruba, Curazao y Bonaire.

En algunos casos, la entrada de la ayuda fue impedida con un fuerte uso de la fuerza que causó varios muertos y más de 60 heridos de bala, según la ONG venezolana Foro Penal. Esa represión fue duramente criticada por el Grupo de Lima -formado por aliados de Guaidó- que, sin embargo, descartó usar la fuerza militar para lograr un cambio político en Venezuela.

Un camión se incendia en la frontera

Poco después, Elliot Abrams, el funcionario nombrado por Donald Trump para hacer frente a la crisis venezolana, dijo que Estados Unidos respondería de forma política y diplomática a una eventual detención de Guaidó por parte de Maduro.

Estas reacciones fueron consideradas por algunos analistas como reveses para la oposición y llevaron a dudar sobre si el dirigente venezolano se atrevería a regresar a su país en esas circunstancias.

Carmen Beatriz Fernández, consultora política venezolana, directora de Datastrategia y profesora invitada de la Universidad de Navarra, considera que el retorno del dirigente es muy importante.

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“Guaidó es mucho más útil para la oposición como presidente encargado dentro de Venezuela que en el exilio. Lo contrario habría sido probablemente un baño de agua fría para los venezolanos”, señala.

Asegura que la sociedad venezolana se encontraba “en una situación de depresión social y políticamente se sentía como si el régimen había logrado quebrarle las ganas de rebelarse” y que con la aparición de Guaidó en la escena desde inicios de enero, esa situación cambió de la noche a la mañana.

Manifestantes se confrontan

“El regreso de Guaidó a Venezuela está forzando la barra (tensando la cuerda) en los dos sentidos: pone al gobierno en una disyuntiva perder-perder”, afirma la experta.

Advierte que si Maduro detiene al opositor puede enfrentar una dura respuesta internacional, pero si lo deja libre, quedará muy debilitado ante los mismos factores que le apoyan.

Ante este dilema, Fernández cree que desde el punto de vista del gobierno la respuesta más lógica es tratar de detener a Guaidó.

Ángel Álvarez, politólogo venezolano y consultor en Políticas Públicas de organizaciones internacionales, cree que la importancia del regreso de Guaidó a Venezuela depende del éxito que tenga en su empeño.

“Si se estima que al hacerlo puede ser detenido indefinidamente y eso no contribuye sino a la consolidación de Maduro, evidentemente para él no va a ser conveniente regresar. Por otra parte, si permanecía en el exterior podía ser visto como eludiendo sus responsabilidades”, apunta.

Escenarios

Álvarez considera que el peor escenario para Guaidó sería uno en el que fuese detenido y aislado de sus bases de apoyo y de la comunidad internacional, y que termine en circunstancias parecidas a las del dirigente venezolano Leopoldo López.

El dirigente de Voluntad Popular, en el que milita Guaidó, está privado de su libertad desde 2014 y, pese a que en la actualidad está en arresto domiciliario, no puede participar abiertamente en política.

“Es lo peor que le podría ocurrir porque podría producir desmovilización y desgaste”, señala.

Un segundo escenario sería que Maduro perciba que no puede detener al opositor porque correría el riesgo de provocar reacciones internacionales muy importantes así como fuertes respuestas internas.

“En ese caso, Maduro perdería el round en el sentido de que después de haber dicho que lo iba a detener, no puede hacerlo, mostrando debilidad. Ese sería el mejor escenario para Guaidó”, señala Álvarez.

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