Cómo y por qué hay que permitir que los niños salgan un poco a la calle

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El Ministerio del Interior de Italia informó el pasado martes 31 de marzo de que los niños podrían salir a dar un paseo, pero siempre acompañados de un solo progenitor y en las proximidades de sus casas. De este modo, daba su beneplácito a las peticiones de conceder que los menores pudieran ir a la calle, a pesar de las medidas de aislamiento existentes por la pandemia del coronavirus en este país. Una directriz muy esperada por muchos, pero inmersa en cierta polémica. Lombardia, la región más afectada por la crisis sanitaria, por ejemplo, rechazaba ejecutar la orden del Gobierno italiano. La relajación del confinamiento en Italia ha avivado el debate en España sobre este tema.

Cómo y por qué hay que permitir que los niños salgan un poco a la calle

Es difícil porque vivimos en una sociedad adultocentrista por naturaleza. Esto es concretamente, como siempre mantengo, que solo nos preocupa el mundo adulto, nuestros intereses, nuestras necesidades, nuestros beneficios… En este confinamiento el adultocentrismo se ha visto reflejado una vez más, puesto que los niños y niñas, los más vulnerables de nuestra sociedad, han quedado totalmente excluidos junto a sus necesidades. Es más, no se ha hablado de ellos en ningún momento y si se ha hecho ha sido en un tono difícil, en el que se los ve como portadores asintomáticos que pueden causar grandes estragos a nivel social, o como personas que hacen ‘muy duro’ el confinamiento porque lloran, gritan, no quieren hacer deberes y se mueven constantemente (como es normal, son niños, pero no los comprendemos, solo nos importan nuestras propias emociones…).




Sería importante pues, optar por la coherencia y, por supuesto, por la empatía y la conexión hacia el colectivo más importante de la sociedad: los niños. Ellos son los únicos que pueden salvar el mundo en el que vivimos, los que pueden hacer de esta Tierra un lugar mejor. Necesitamos tomar algún tipo de medida para que ellos no se sientan abandonados socialmente y puedan tener un respiro de forma segura y consciente en estas semanas tan duras que estamos viviendo.

Por supuesto, los médicos y los expertos en pandemias deberían ser los que digan exactamente cómo, cuándo y de qué forma. Las precauciones sanitarias que se tomasen se deberían seguir tal cual, ya que, si lo hacemos de forma inconsciente, irrespetuosa y saltándonos todo lo que nos solicitan; no tienen ningún sentido…

Hay muchos niños y niñas que tienen la gran suerte de tener un jardín o un gran balcón. Ellos, de alguna forma, cubren esta necesidad de exterior, pero hay millones de niños que o solo tienen una ventana por donde miran las calles, o tienen capacidades y necesidades diferentes, trastornos… para los que el confinamiento se torna, si cabe, más difícil.