Zinedine Zidane volverá al banquillo del Real Madrid. El técnico francés se negó a aceptar el cargo inmediatamente cuando la directiva lo sondeó la semana pasada pero acabó aceptando una vez que las ofertas fueron subiendo geométricamente de nivel. Solo 283 días después de anunciar su dimisión, la intención del presidente Florentino Pérez es que dirija el entrenamiento de la plantilla ya desde este martes, según ha confirmado este periódico. El preparador anunció al club su decisión de abandonar el Real Madrid el 31 de mayo de 2018, tras dos años y medio en el cargo, y 9 títulos conseguidos, entre ellos tres Champions. “Es el momento y lo mejor para todos”, dijo, en una decisión que sorprendió a todos los estamentos madridistas.
Zidane regresa en medio de una grave crisis deportiva. Una semana después de que el Madrid perdiera en tres partidos sucesivos los tres títulos en juego. Si finalmente pone su firma en el contrato, se convertirá en el tercer entrenador del Madrid en lo que va de curso. El primero fue Julen Lopetegui, cuyo fichaje generó un conflicto con la selección nacional. El vasco fue despedido de la federación cuando se anunció su fichaje por el Madrid, en plena Copa del Mundo, y duró en el banquillo hasta el 29 de octubre, tras caer el Madrid goleado en el Camp Nou (5-1), un resultado que le dejaba a siete puntos del líder. En su lugar llegó Santiago Solari, técnico hasta entonces del Castilla. El argentino ha durado una vuelta entera de Liga. En su periodo, el equipo se organizó animado por la aparición de Vinicius a la cabeza de un grupo de jóvenes. Sin embargo, los partidos de vuelta de las semifinales de Copa contra el Barcelona (0-3), de los octavos de Champions ante el Ajax (1-4), y el clásico liguero (0-1), provocaron un hundimiento que dejó al equipo fuera de todas las competiciones el 5 de marzo. Algo sin precedentes en la última década.
Zidane anunció su adiós ante la perplejidad general de la junta directiva. Nadie esperó que dimitiera después de ganar en Kiev la tercera Champions seguida, su noveno título desde que llegó al banquillo blanco en enero de 2016. Pero Zidane había decidido marcharse. Así se lo comunicó a Florentino Pérez, con quien mantuvo graves discrepancias en torno a la planificación deportiva. “Soy ganador, no me gusta perder. Si no veo claramente que vamos a seguir ganando y no veo las cosas claras, como yo quiero, es mejor no seguir y no hacer tonterías”, dijo, para argumentar su decisión. El técnico había pedido la venta de Gareth Bale sin ser oído. También pidió que siguiera Cristiano en plantilla a menos que se le sustituyera con jugadores del nivel de Mbappé, Hazard o Neymar.
Tras la dura eliminación en Liga de Campeones contra el Ajax, en los despachos del Santiago Bernabéu se sucedieron las reuniones en busca de un entrenador que enderezara el rumbo del equipo. Primero los dirigentes ponderaron fichar a Mourinho, que se mostró favorable a negociar por primera vez desde que el Madrid sondeó su disponibilidad en octubre, para reemplazar a Lopetegui. Pero Florentino Pérez manifestó dudas sobre la conveniencia de contratar ahora al portugués. Entonces el presidente sugirió la posibilidad del regreso de Zidane. Contactado por empleados del club desde el jueves pasado, el técnico se negó a sentarse en el banquillo de forma inmediata pero no se cerró la puerta a firmar en junio. Al oír la respuesta, Florentino Pérez redobló las ofertas hasta conseguir una respuesta afirmativa. Ni siquiera la goleada de este domingo en Zorrilla ha evitado la destitución de Solari, sentenciado tras caer contra los holandeses.