El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no enviará a ningún asesor legal a la primera audiencia pública que se celebrará en el Comité de Justicia de la Cámara de Representantes este miércoles, en una nueva fase del proceso de un posible impeachment -destitución- por el escándalo de Ucrania. Concluidas las comparecencias en el Comité de Inteligencia, el caso pasa ahora a otro estadio. De momento, Trump mantiene su estrategia de desdeñar el procedimiento y calificarlo de ilegítimo.
La Cámara de Representantes puso en marcha este proceso contra el presidente en septiembre, gracias a la mayoría demócrata, al trascender las maniobras del mandatario para lograr que la justicia de Ucrania anunciase investigaciones sobre su rival político, Joe Biden, y su hijo Hunter. Este estuvo a sueldo de una empresa gasista llamada Burisma cuando el padre era vicepresidente. La investigación trata de esclarecer si el republicano usó además ayudas militares y una reunión bilateral con el presidente Volodímir Zelenski como moneda de cambio para lograr dar publicidad a unas pesquisas que perjudicarían a los Biden.
Trump ha tachado el impeachment de “caza de brujas” y los republicanos han atacado además las reglas de juego con las que se desarrolla el proceso en la Cámara baja. Es la misma idea que se desprende de la carta que ha enviado este domingo el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, para explicar el rechazo a la cita del miércoles, en la que participarán cuatro expertos sobre los fundamentos constitucionales de este procedimiento, tres elegidos por los demócratas y uno por los republicanos.
El presidente del Comité Judicial, el demócrata Jerrold Nadler, había invitado a Trump o a sus abogados a participar, pero Cipollone ha señalado en la misiva que la Casa Blanca «no puede participar en una audiencia cuando los testigos todavía no han sido elegidos y mientras no se garantice que el presidente será sometido a un proceso justo». «En estas circunstancias, no tenemos intención de participar en su audiencia prevista para este miércoles», recalca el abogado en la misiva, aunque no va más allá respecto a lo que queda de proceso.
El plazo para decidir sobre la comparecencia del miércoles terminaba este domingo por la tarde, pero la Casa Blanca afronta otra fecha límite. El próximo viernes deberá determinar si trabajará en la defensa del presidente, es decir, si llamaría a testigos o presentaría pruebas. Por el momento han sido los congresistas republicanos presentes en el Comité de Inteligencia de la Cámara los encargados de defender a Trump y atacar a los testigos que han puesto en apuros al mandatario. Ahora este comité debe entregar su informe final al Comité de Justicia y este evaluarlo, además de celebrar otras audiencias, para determinar si propone cargos contra Trump. En ese caso, el pleno de la Cámara los votará y el asunto pasará al Senado, de mayoría republicana, donde la destitución resulta improbable porque requeriría dos tercios de apoyo.