La tendinitis de la pata de ganso es una tendinopatía de la “pata de ganso superficial”, término utilizado para referirse a la inserción en la parte medial de la tibia proximal de los músculos sartorio, recto interno o gracilis y semitendinoso (que se disponen como una pata de ganso o pato, de ahí el nombre). El tendón del músculo semimembranoso que se inserta a través de la denominada “pata de ganso profunda o falsa” en la tibia proximal también se ve afectado en este proceso, incluso con más frecuencia que los tendones de la “pata de ganso superficial”.
Esta patología tendinosa se debe más a un trastorno degenerativo que inflamatorio y suele acompañarse frecuentemente de una bursitis a nivel de la inserción tendinosa.
¿QUIÉNES LA PADECEN?
Entre los deportistas, esta patología afecta especialmente a los corredores de larga distancia, aunque el colectivo más afectado de la población general es el de las mujeres con sobrepeso y artrosis de rodilla. En ambos se produce una sobrecarga repetida de los tendones en la inserción tibial que acaba produciendo una degeneración tendinosa.
¿QUÉ SEÑALES DE ALARMA ME INDICAN QUE DEBO ACUDIR AL MÉDICO?
La aparición de dolor en la cara interna de la rodilla es el primer síntoma que nos debe alertar. Con frecuencia se asocia edema en la zona proximal y medial de la tibia y rigidez en el movimiento de la rodilla.
En la fase inicial, el dolor suele comenzar al iniciar la actividad, se agrava si se persiste en realizarla y cede con el reposo. Si no se trata en esta primera fase, el dolor puede incluso dificultar la deambulación (tendremos dificultades para andar).
¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?
Evitando el sobrepeso con una dieta saludable y realizando ejercicio físico de acuerdo a nuestra condición física.
El uso de plantillas y de un calzado adecuado puede ayudarnos a corregir desalineaciones y alteraciones de la pisada, aliviando y evitando la aparición de tendinitis de la pata de ganso.
También es clave calentar correctamente antes de cada entrenamiento, realizar la preparación física adecuada (respetando los límites de nuestro organismo) e incorporar progresivamente actividades más exigentes para la rodilla, que disminuirán la aparición de esta tendinopatía.
¿TRATAMIENTOS MÁS EFICACES?
En la fase aguda se utilizarán medidas cuyo objetivo es aliviar el dolor: reposo, frío local (sesiones de 15 minutos, tres o cuatro veces al día) y administración de antiinflamatorios. El tratamiento rehabilitador contribuirá a evitar la atrofia muscular de la extremidad inferior afectada y, las técnicas de electroterapia ayudarán a disminuir el dolor y la inflamación. Si el dolor es muy intenso, la infiltración de corticoides y anestésico local alrededor del tendón y/o en la bursa inflamada suele proporcionar un buen resultado.
Una vez superada la fase aguda, se irán incorporando ejercicios de estiramiento de los músculos afectados y a medida que la situación lo permita se irán introduciendo progresivamente ejercicios más exigentes desde el punto de vista físico.
Habitualmente, el tratamiento conservador de la tendinitis de la “pata de ganso” consigue curar el proceso. En los casos crónicos es preciso realizar un diagnóstico diferencial para descartar que no haya otra causa de dolor (artrosis de rodilla, inestabilidad de rodilla…)
Es excepcional llevar a cabo una revisión quirúrgica de la zona de inserción tendinosa para escindir la bursa inflamada o actuar sobre los tendones en función de los hallazgos encontrados.