Senadores republicanos y demócratas, contra la emergencia de Trump

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En cuestión de 10 días, el presidente de Estados Unidos se verá obligado a usar por primera vez su capacidad de veto en un tema tan espinoso como el de desviar fondos del Pentágono y del Departamento del Tesoro por valor de 6.600 millones de dólares para financiar su promesa de campaña de construir un muro en la frontera con México a costa de declarar una emergencia nacional. La semana pasada, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata —junto con el apoyo de 13 legisladores republicanos—, aprobaba una resolución para detener la medida anunciada por Donald Trump.

Esta semana es el turno del Senado. El martes, el senador republicano Rand Paul ha anunciado su intención de votar a favor de la medida que da la espalda a la declaración de emergencia del mandatario y ha afirmado que creía que “hasta 10 republicanos más” votarían a favor de la resolución. Paul no concretó nombres y hasta ahora los senadores republicanos que se han manifestado a favor de acabar con la controvertida propuesta adoptada por el presidente han sido Susan Collins, Thom Tillis y Lisa Murkowski, con lo que se superarían los 51 votos necesarios de mayoría simple para asegurarse el éxito de revocar la declaración de Trump. El no de Paul pone de relieve el enfrentamiento entre el presidente y la bancada azul republicana, pero también deja claro la división dentro del partido de Lincoln y la falta de control de la Casa Blanca.

El desafío del Congreso ya está lanzado y se concretará el próximo 15 de marzo, cuando se espera que se vote la resolución en la Cámara Alta. Hasta ese momento se darán distintas maniobras en el Capitolio para evitar o retrasar lo máximo posible que la resolución quede aprobada y llegue a la mesa del Despacho Oval del presidente para que la vete, lo que sin duda supondrá un antes y un después.

Primero, porque será la primera vez, desde que en 1976 se aprobó la ley para la Declaración de Emergencias, que el Congreso tumbe una iniciativa de este tipo. Segundo, porque se rompe el argumento que dieron Alexander Hamilton, James Madison y John Jay en sus ensayos (conocidos como los Documentos Federalistas, The Federalist Papers) de la separación de poderes y de la famosa máxima del check and balance (los controles y equilibrios por los que la Constitución americana divide el Gobierno en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial). Y tercero, porque como expuso el senador republicano Mitch McConnell en una alocución en la Cámara, la decisión tomada por Trump podría sentar un precedente para futuros presidentes demócratas de utilizar la misma medida para hacer política a favor del control de armas o del cambio climático, por ejemplo.

Rand Paul, senador por Kentucky, añade un motivo más por el que hay que estar en contra de la decisión para poder levantar el muro con México. En su opinión, es una cuestión de principios. “Creo que [el presidente] está equivocado, no en su política, sino en su búsqueda de expandir los poderes presidenciales por encima de sus límites constitucionales”.

En un artículo publicado el pasado domingo en la página web de la cadena Fox, Paul recordaba también cómo los republicanos rechazaron el uso del poder ejecutivo por parte del anterior presidente, Barack Obama, e insistió en que “la única manera de ser un legislador honesto es defender los mismos principios sin tener en cuenta quién esté en el poder”.

Por su parte, el líder de la mayoría conservadora en la Cámara Alta, Mitch McConnell, sigue estudiando todos los escenarios posibles para que el presidente salve la cara. Pero este lunes admitía que no puede evitar que el Senado revoque la declaración de emergencia nacional aunque anunció que está explorando si la resolución puede enmendarse, enviarse de vuelta a la Cámara de Representantes y alargar lo máximo la posibilidad de que Trump haga uso de su poder de veto, lo que supondría ponerse por encima de la opinión del Congreso y convertirse en un presidente imperial.

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