Mireia Belmonte y Hugo González sufren el rigor de la criba del Mundial

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Los estrategas de la natación española se propusieron desarrollar un escenario estresante que reprodujera la exigencia de los Mundiales y los Juegos Olímpicos. Consideraron así que la selección de nadadores sería más exhaustiva y eficaz. Lo pusieron en práctica por todo lo alto este fin de semana en el Club Natación Sabadell, donde hasta el próximo miércoles se celebra el Campeonato de España de Natación que sirve para confeccionar el equipo que competirá en los Mundiales de Gwangju (Corea del Sur) la última semana de julio. Al cabo de las dos primeras jornadas los resultados son decepcionantes.

Mireia Belmonte, Hugo González, Jessica Vall y Marina García nadaron diez pruebas entre la mañana y la tarde de este domingo y apenas consiguieron marcas mínimas en tres. Mireia Belmonte, la mejor nadadora española de la historia, se movió por encima de los tiempos requeridos en la semifinal y en la final de los 200 libres y en la final de los 200 mariposa, la prueba que la consagró como campeona olímpica. Hugo González, con 20 años el nadador más completo que ofrece la natación española en décadas, logró la mínima en la serie matinal de 200 estilos y por la tarde no cumplió los objetivos en la semifinal de 200 estilos y en la final de 100 espalda. La veterana Jessica Vall tampoco paró el cronómetro a tiempo en 200 braza, ni en la preliminar matinal ni en la semifinal vespertina. Solo Marina García hizo mínimas en 200 braza, tanto por la mañana como por la tarde.

Las mínimas en todas las sesiones son la gran novedad del nuevo modelo de filtro. Pero corre el riesgo de desvirtuarse si los responsables de armar el equipo abren la puerta a la admisión discrecional. No tendrán más alternativa para evitar que la participación del equipo español en Corea resulte exigua.

No estaba previsto semejante hundimiento. “Somos optimistas porque hemos trabajado bien”, dijo Albert Tubella, el director técnico de la federación, el viernes pasado. Tubella explicó la lógica del sistema de clasificación: “Aplicamos estos criterios desde 2017, pensando en el ciclo olímpico que concluye en Tokio el año que viene. Exigimos una marca mínima en las series, otra en la semifinal, y acabar entre los dos primeros en la final. Porque no queremos que nuestros nadadores sean capaces de nadar rápido una sola vez por semana sino que sean consistentes y que no fallen en tres pruebas consecutivas”.

“Queremos”, concluyó Tubella, “que [en cada prueba] naden tres veces seguidas en 36 horas al 100%, en la serie preliminar, en las semifinales y en la final. Para eso alargamos el Open a cinco días. Así el programa es equiparable al de unos Juegos o un Mundial. Esto nos dará más opciones de conseguir buenos resultados”.

El sábado Mireia Belmonte, a sus 28 años, hizo mínima en 800 pero nadó por encima del tiempo previsto en las dos pruebas de 200 mariposa, la especialidad que la consagró como campeona olímpica.

La secuencia dominical comenzó a las diez de la mañana con Mireia en la serie preliminar del 400 libre, que nadó en 4 minutos 11,33s, tres segundos más lenta que la marca mínima establecida por los técnicos de la federación (4m 8,75s). Le siguió Hugo González con un tiempo espléndido en la serie preliminar del 200 estilos, en donde logró la décima mejor marca del año: 1m 59,48. Se situó por debajo de la mínima (2m 0,10s) y al nivel del gran Laszlo Cseh, el veterano campeón húngaro, referencia mundial de la disciplina, que ocupa el 9º puesto del ránking de la FINA con 1m 59,34s.

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