Una congoleña de 41 años falleció el miércoles bajo custodia del gobierno de Estados Unidos después de ingresar en una estación fronteriza en el sur de Texas, dijo el jueves la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, o CBP por sus siglas en inglés.
La mujer llegó el martes por la tarde a un puerto oficial de ingreso en Laredo, Texas. La mujer portaba documentación según la cual ella padecía una “afección médica preexistente”, de acuerdo con la CBP. El personal médico de la agencia autorizó durante la noche la detención de la mujer.
Según la agencia, la mujer indicó el miércoles en la mañana a agentes de la CBP que “sufría dolor abdominal y había vomitado”. La agencia dijo haberse comunicado “de inmediato” con personal de emergencia y que fue trasladada a un hospital local.
“La salud de la persona declinó rápidamente y falleció en el hospital”, afirmó la CBP en un comunicado.
La CBP no precisó de qué afección médica preexistente se trataba ni si la mujer había intentado ingresar antes en Estados Unidos. Los agentes en cruces oficiales en la frontera de Estados Unidos con México han impedido a decenas de miles de solicitantes de asilo ingresar en el país para cumplir con las políticas decretadas por el gobierno del presidente Donald Trump, y en este tenor, limitan el número diario de cruces en muchos puertos a unas cuantas personas, y obligan a otras a esperar en México.
La agencia dijo que el forense del condado Webb “ha determinado que la muerte no es sospechosa, porque la persona tenía una afección médica preexistente”.
La CBP declinó responder a preguntas sobre el caso. La oficina del forense y la embajada de la República Democrática del Congo en Washington, D.C., no habían respondido el jueves a mensajes que se les enviaron.
Al menos 11 personas han muerto este año en custodia de la CBP, según los comunicados que la agencia ha publicado en su página de internet. Entre ellos figura un adolescente guatemalteco de 16 años que murió en mayo de influenza en una celda de la Patrulla Fronteriza en Weslaco, Texas. Imágenes de una cámara de vigilancia mostraron después que Carlos Gregorio Hernández Vázquez estuvo horas tirado en el piso inconsciente a pesar de las aseveraciones de la agencia de que estuvo revisando con regularidad.
El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional exoneró la semana pasada a la CBP de cualquier irregularidad en las muertes de dos menores en diciembre pasado: Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, de 7 años, y Felipe Gómez Alonzo, de 8 años. Ambos casos pusieron en tela de juicio si los menores recibieron atención médica con rapidez suficiente. Durante siete horas, Jakelin no fue trasladada desde una instalación fronteriza distante a una estación mayor de la Patrulla Fronteriza. Felipe fue llevado con fiebre a un hospital en Nuevo México, dado de alta y llevado después con su padre a un centro de detención en un puesto de control en una carretera. Horas después de que agentes ayudaran a limpiar el vómito de Felipe, el menor fue regresado a un hospital, donde falleció poco después.