MANAGUA, NICARAGUA – Los diversos llamados internacionales al cese de las redadas en Nicaragua no han hecho impacto en el Gobierno del presidente Daniel Ortega, que continúa con las detenciones de figuras clave de la oposición y esta semana arrestó al gerente general del Banco de la Producción, Luis Alberto Rivas Anduray.
El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, Michael Healy, expresó en una declaración que Nicaragua vive la crisis más grande de su historia y señaló que las detenciones, que califica como “inconstitucionales”, son un obstáculo político para superar la actual situación del país.
“Estamos indignados por tantos atropellos de las autoridades, por tanto atropello y falta de voluntad para resolver la crisis en la cual estamos sumergidos desde abril del 2018”, dijo Healy.
En su opinión, “el Estado, con estas acciones está sumiendo al país en una crisis política más profunda, con consecuencias que erosionan la paz, la estabilidad política y económica que afectarán el presente y futuro de todos los nicaragüenses”.
En tanto, figuras del Frente Sandinista expresaron apoyo a las medidas y dijeron que “limpian el camino” para negociar directamente con Estados Unidos sin intermediarios de la oposición.
Esa es la explicación que dio el periodista y militante histórico sandinista William Grigsby.
“El propósito es hermano limpiar la mesa de los traidores, a ver gringo ¿querés hablar conmigo?, vení habla conmigo. Deja de estar contratando sicarios, vení habla conmigo, pongámonos de acuerdo, respétame y pongámonos de acuerdo … ya de una vez arreglar eso. Pero es con los gringos, con los dueños del circo, no con los payasos, como los payasos de la OEA”, dijo Grigsby.
Ortega, a través de su canciller Denis Moncada, ha insistido en varios foros internacionales en que se detengan las sanciones y se respete lo que denomina la “soberanía y autodeterminación de la nación”.