El nuevo récord del bitcoin dispara el temor a una burbuja alimentada por Elon Musk

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Hace una semana, un cohete de SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, explotó al aterrizar tras un vuelo de prueba. “Volvimos a tener un excelente vuelo. Solo debemos trabajar un poco en el aterrizaje”, comentó un portavoz. La frase ilustra a la perfección el momento actual del bitcoin: un vuelo perfecto, un aterrizaje lleno de incertidumbres. La criptomoneda continúa este martes su escalada a los cielos impulsada por la decisión del fabricante de coches eléctricos Tesla, la compañía fundada y dirigida por Musk, de invertir en ella 1.250 millones de euros y aceptar pagos en bitcoins para adquirir sus vehículos “en un futuro próximo”. Su precio ha llegado a superar los 48.000 dólares (39.600 euros), máximo histórico, con una revalorización de más del 300% en un año.

Las voces llamando a una regulación de las operaciones con criptomoneda han vuelto a emerger tras la decisión de Tesla, que legitima el uso de un activo considerado por el Banco Central Europeo “altamente especulativo”. Precisamente uno de los hombres clave del supervisor en los últimos años, el exvicepresidente Vitor Constancio, ha sido uno de los más tajantes en censurar la pasividad frente al descontrolado auge del bitcoin. “Las autoridades toleran que el público siga siendo engañado por aficionados tecnológicos que no tienen idea de lo que es dinero. Como probó Keynes, el papel principal del dinero es ser una unidad de cuenta estable definida y administrada por el Estado que crea liquidez. El bitcoin es solo una serie de ceros y unos en una red de ordenadores, no tiene valor fundamental porque nunca será una moneda”, ha criticado en la red social Twitter.

La plataforma de mensajería es el escenario preferido de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, para lanzar a sus más de 46 millones de seguidores pistas sobre sus inversiones futuras. Si Donald Trump era capaz de iniciar guerras comerciales a golpe de tuit, Musk no se queda atrás: en las últimas semanas ha multiplicado la cotización del Dogecoin, una criptodivisa cuyo icono es un popular meme de un perro, ha dado alas a GameStop compartiendo el enlace al foro de Reddit que se organizó para hacer subir artificialmente su precio y dañar así a los fondos bajistas, y ha hecho dispararse el bitcoin con tan solo escribir sus siete letras en su biografía de la red social. En un giro que sorprendió a sus seguidores, la semana pasada anunció que abandonaba Twitter por un tiempo, sin dar más explicaciones. El descanso no fue tal. Y a los dos días volvió a su frenético ritmo de actividad compartiendo noticias de cohetes espaciales de su compañía, memes y recomendaciones de inversión en mensajes breves de tono bromista.




Su juego con los mercados es aplaudido por millones de personas que lo adulan como un visionario, un rey Midas moderno ajeno a los límites, al que no le importa aparecer fumando marihuana y bebiendo whisky en directo en un programa de radio. Capaz de desbancar al mismísimo Jeff Bezos del trono de la riqueza global y obsesionado con cambiar el mundo. “Me gustan mucho los videojuegos, pero, aunque hubiera creado grandes juegos, ¿qué efecto habría tenido eso en el mundo?”, recoge la biografía sobre Musk escrita por Ashlee Vance.

Constancio, retirado de su labor como número dos del BCE, pero muy atento a la actualidad, insinúa incluso una posible manipulación. Tesla no ha desvelado cuándo efectuó la compra de bitcoins, y Musk se pasó el mes de diciembre escribiendo tuits en apoyo a la criptomoneda. ¿Calentó el valor después de realizar la compra para apreciar la inversión de su firma? Tesla dijo que utilizará parte de su efectivo sobrante para comprar bitcoins y maximizar así su dinero a la vez que diversifica su cartera. El exbanquero portugués cuestiona esa operativa: “Ninguna empresa podría manejar un presupuesto o hacer una planificación financiera basada en una unidad que puede variar tanto”, afirma.




La empresa de software MicroStrategy es una de las que ha corrido ese riesgo. Empezó a utilizar su efectivo para adquirir bitcoins en agosto, y ahora, tras el seísmo del anuncio de Tesla, cuenta con más de 3.000 millones de dólares (2.400 millones de euros) en la criptodivisa, casi el triple de lo que invirtió. Sin embargo, la alta volatilidad hace que los analistas sean escépticos respecto a una posible entrada masiva de grandes compañías siguiendo el ejemplo de Tesla.

La apuesta de la empresa por el bitcoin vincula dos activos sobre los que penden dudas. La capitalización bursátil del fabricante de automóviles rebasa los 800.000 millones de dólares (661.000 millones de euros), algo que la llevó a superar en diciembre el valor de las otras nueve mayores firmas del sector del mundo unidas, pese a que sus ventas son muy inferiores. Las acciones de Tesla tienen un PER (el número de veces que el beneficio está contenido en el precio de la acción) superior a mil, mientras que el de Apple es 37, y la media de las firmas del índice Standard & Poors, 23. Eso implica que Tesla tendrá que aumentar exponencialmente sus ventas para justificar ese precio, para algunos analistas sobrevalorado. “Bitcoin es Tesla sin coches”, afirma un dicho que circula en el mercado.




Javier Molina, portavoz de eToro en España, cree que el elevado optimismo por el movimiento de Tesla puede catapultar al bitcoin a los 50.000 dólares (41.000 euros). Algunos inversores institucionales se han sumado en los últimos meses a la ola, pero donde algunos ven una reserva de valor apoyada en el número limitado de bitcoins disponibles, Constancio, que compartió sus años de BCE con Mario Draghi, solo ve humo. “Los activos especulativos se valoran únicamente sobre creencias. Los inversores creen que, debido a algún riesgo, habrá más o menos compradores futuros, y compran o venden de acuerdo con esa expectativa”.

En plena vorágine, algunos pequeños inversores tratan de sacar provecho del boom, pese a que el riesgo de recaída está ahí. Ante la pregunta de uno de ellos sobre por dónde empezar en el mundo de las criptomonedas, el consejo de otro más veterano es indicativo de los tiempos que corren en el mercado. “Con lo loco que está todo, comprar bitcoin y seguir la cuenta de Twitter de Elon Musk”.