Durante su auge en 2014 y posteriormente el grupo terrorista Estado Islámico (EI) secuestró a miles de personas, sobre todo miembros de la minoría yazidí en su cuna en el norte de Irak, cuyo paradero se desconoce ahora que los extremistas no disponen de un territorio seguro donde retenerlos.
Cuando el Estado Islámico perdió todos sus dominios en Irak en diciembre de 2017, no reaparecieron los miles de yazidíes que habían sido secuestrados por los extremistas en agosto de 2014, cuando irrumpieron en la comarca iraquí de Sinyar (noroeste), región originaria de esta reducida comunidad cuya religión se basa en el zoroastrismo.
Según el Departamento de Asuntos Yazidíes del Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí, donde se refugiaron y siguen refugiados la mayoría de los que huyeron de los radicales, 3.371 fueron rescatados del yugo del Estado Islámico, la mayoría mujeres (1.165) y menores (976 niñas y 893 niños), cerca de una veintena en las últimas dos semanas.
El director de ese departamento, Jairi Buzani, dijo que 3.046 yazidíes siguen en paradero desconocido, entre ellos 1.406 mujeres y 1.640 hombres.
Asimismo, aseguró que las autoridades kurdoiraquíes han confirmado que 50 mujeres yazidíes fueron asesinadas en la localidad siria de Al Baguz, degolladas por los extremistas, que arrojaron sus cuerpos, y agregó que este tipo de noticias afectan los sentimiento de los familiares de los secuestrados que esperan su poco probable regreso de Siria.
De momento, no hay indicios de que los más de 3.000 yazidíes se encuentren en el último reducto del Estado Islámico en el este de Siria, en Al Baguz, de donde han salido al menos once menores de esa minoría, según el Gobierno kurdoiraquí.
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), milicias lideradas por kurdos, que rodean y atacan Al Baguz y han empujado a cientos de yihadistas a rendirse, también han anunciado la liberación de algunos niños yazidíes recientemente, que salieron de la localidad junto a otros civiles y familiares de los combatientes.
Nasim Shemo, consejero del gobierno de la región de Al Yazira, uno de los tres cantones que integra la administración autónoma establecida por los kurdos en el norte y el este de Siria, explicó que todos los días son rescatados uno o dos yazidíes del último enclave del Estado Islámico, pero se desconoce el destino de los cerca de 3.000 que siguen desaparecidos desde 2014.
Shemo detalló que los combatientes del Estado Islámico están permitiendo la marcha de Al Baguz de sus propios parientes y los heridos, pero «mantienen a las mujeres yazidíes porque son sus esclavas».
En cuanto a los niños de esta minoría secuestrados, los extremistas «los entrenan en el uso de las armas y los hacen participar en ataques suicidas».
El representante kurdo destacó que los menores que han sido rescatados de Al Baguz durante el proceso de evacuación que dio comienzo a mediados de febrero relataron que eran empleados en «misiones militares suicidas» y «entrenados para usar armas y realizar operaciones» terroristas.
Shemo agregó que durante las negociaciones entre representantes de las FSD y el Estado Islámico, que han dado como resultado la salida de los civiles de Al Baguz y la rendición de parte de los combatientes en las pasadas dos semanas, no se abordó la liberación de los yazidíes.
A medida que se acerca el colapso del «califato» que proclamó el Estado Islámico en Siria y en Irak, con la pérdida de la última localidad en manos de los yihadistas, y tras la evacuación de al menos 15.000 personas de Al Baguz, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se apagan las esperanzas de que sean encontrados con vida los yazidíes, así como otros rehenes.