“Dios me respondió” dice ex deportista adicto a las drogas que estuvo frente a la muerte

Comparte esta noticia con tus contactos

Un joven jugador fue testigo del poder de Dios en su vida al no permitir su muerte a pesar de las malas decisiones tomadas en su ignorancia sobre la palabra, pues a un paso de fallecer el clamor que levantó a Dios, fue oído por su creador.

David Valcich, un chico que creció en un hogar disfuncional se convirtió en un adolescente rebelde hasta que encontró en el deporte un escape a sus problemas hasta llegar a la Universidad de Tennessee y distraerse con todo lo que el mundo le ofrecía.

Los entrenamientos y las fiestas pasaron a ser su rutina, consumiendo grandes dosis de analgésico que le ayudaban a soportar las lesiones musculares, hasta que un día se volvió tan adicto que no podía desligarse del tratamiento, “Yo quería cualquier cosa que anestesiara el dolor de las emociones y heridas que nunca fueron tratadas”, dijo David.

En su desespero por tener analgésicos que calmaran su ansiedad por los fármacos, llegó a prescribirse recetas médicas falsas, acción por la cual fue descubierto por la policía y arrestado de manera violenta debido a su oposición; con 18 crímenes pasó un mes en la cárcel con sus posibilidades de estudiar y jugar totalmente hundidas.

Esto lo llevó a derribarse y entregarse por completo al mundo de las drogas por 10 años, lo que él mismo llamó “La Década Perdida”; tuvo varias sobredosis pero la más grande fue en 2006, donde despertó en un hospital muy desorientado con la noticia de que sus riñones no estaban funcionando y que había contraído Hepatitis C y que dependería de diálisis para seguir viviendo a menos de que se hiciera un trasplante.

“Era como si alguien acabara de derribar una carga de ladrillos en mi pecho. Entré en total desesperanza y desesperación. Mientras esperaba en el hospital, estaba en duelo por los años perdidos”, confesaba lleno de tristeza.

Debido a su situación, noches que no podía dormir y su salud que no mejoraba decidió que buscar a Dios sería su única y última salida, “Yo no sé si tú eres real, pero si eres, quiero conocerte, por favor ayúdame”, clamaba una noche antes de su primera diálisis.

Al día siguiente, los médicos lo sorprendieron con excelentes noticias pues sin alguna explicación su cuadro médico empezó a mejorar notoriamente, “Yo sabía que era Dios respondiendo a mi oración. “Me sorprendió”, dijo.

“Yo sabía que Dios no sólo curó mis riñones en aquella cama de hospital, pero que Jesucristo era real y nació en este mundo. Yo no tenía esa comprensión completa del Evangelio, pero entendí que Jesús murió por mí”, expresó David en los meses siguientes que se fue a vivir con su madre.

“Dios está en el negocio de restauración. “Él adora reformular las cosas para adoptarlas para un nuevo propósito. Él también redime las cosas de nuestro pasado y después usa en el presente. Percibí que no había nada en el mundo que pudiera llenar el agujero en mi corazón y que sólo Jesús podría”, dice sobre su nueva vida en Cristo.

Deja una respuesta