Todos nos hemos enganchado con la aparición de los contenidos efímeros en las redes sociales. Pero cuidado, hasta los más personales pueden ser ‘robados’ y usados por extraños.
Los contenidos efímeros son una de las innovaciones más recientes en las redes sociales. Cada vez se apuntan más ‘apps’ a crear herramientas que te permitan compartir momentos de tu día a día y se borren a las 24 horas de publicarse. Una forma diferente de ver este mundillo que también tiene sus problemas. Decenas de aplicaciones y webs han aparecido por internet para convertir tus imágenes, en teoría efímeras, en descargables, permanentes y viralizables.
Instagram, como Snapchat y otras redes sociales, nació con la idea de proteger las fotos o vídeos que subiera el usuario. En el caso de la aplicación comprada por el gigante Facebook, toda cuenta creada en la red social nace (salvo que indiques lo contrario) como un perfil privado, por lo que aparentemente es imposible que tus contactos pueda descargar o reutilizar lo que subas a esta plataforma sin tu consentimiento. Pero basta dar una vuelta por las tiendas de aplicaciones de Google o Apple para ver lo fácil que es descargarte el ‘estados’ ajenos de esta red social sin que nadie se entere.
Estas tiendas te ofrecen decenas de aplicaciones que puedes usar para descargar contenidos. Incluso si tu cuenta no es pública (cerrada con el candadito) y solo pueden verla la gente que aceptas, algún graciosillo entre tus seguidores puede hacerse con lo que has subido y viralizarlo en Twitter en menos de 10 minutos.
Hay webs como Storiesig que permiten hacer esto desde tu propio navegador solo usando el nombre del usuario de Instagram del cual quieres descargar los stories. En dos pasos pueden haberte ‘robado’ las imágenes que has subido a tu ‘Stories’ sin tener que ser un especialista en informática.
Muchas personalidades y famosos ya han sufrido algo así y siguen sufriéndolo. Todo lo que suben a su Instagram, ya sea permanente o dentro de sus Instagram Stories, acaba llegando a otras redes sociales, viralizándose y quedando guardado en los perfiles de todo tipo de usuarios. Las imágenes acaban en cuentas de Twitter no solo de club de fans sino de todo tipo de usuarios y no pueden hacer nada para pararlo.
En su caso, lo vemos como algo normal por su situación de personaje público, pero no pensamos lo mismo cuando hablamos de nuestra propia cuenta. Y es que, aunque creas que tu perfil es diferente a los de los personajes públicos, lo cierto es que si tu cuenta está abierta, tu contenido puede acabar en cualquier lado y ser usado por desconocidos sin tu consentimiento. No hay nada ilegal (salvo que no te citen, más sobre eso debajo), pero cada vez más usuarios se sorprenden de que sus estados de Instagram o WhatsApp, supuestamente efímeros, acaben colgados para siempre hasta en YouTube.