En este caso mi recomendación es optar por unas de las dos opciones que te voy a dar a continuación: o tomar un desayuno muy ligero u optar directamente por no desayunar.
En el primer caso, si prefieres ingerir algo, toma una comida muy fácil de asimilar, preferiblemente líquida y no excesiva; de esta forma cuando te pongas a entrenar el proceso digestivo estara prácticamente terminado. Sin embargo, tu sangre se movilizará para recoger los nutrientes y en ese momento quizás tu organismo necesite un gasto cardiaco elevado y un clima hormonal adecuado al ejercicio y no a la metabolización de nutrientes y acudir a vías de obtención de energía para degradar glucógeno e incluso grasas y estas funciones de metabolización y asimilación de nutrientes muestras una incompatibilidad fisiológica ante una situación de ejercicio, sobre todo si las demandas son elevada
Mi preferencia sería la segunda, entrenar en ayuno. Si has comido y cenado adecuadamente el día anterior no tendrás problemas, los nutrientes estarán disponibles y las vías energéticas y clima hormonal con total disponibilidad hacia la situación de ejercicio. Eso sí, hidratate biern antes y durante el ejercicio y si las demandas son elevadas toma un bebida isotónica que también te aporte algo de carbohidratos.
Al acabar, unos 45 minutos después, te recomiendo un suplemento de carbohidratos y proteínas solo con agua y una hora después una comida sólida. De esta forma vas a acelerar notablemente tu recuperación de cara a las siguientes sesiones y también tendrás la energía necesaria para enfrentarte a tu día laboral.