Un paso más hacia la recuperación de Christian Eriksen. Casi una semana después de sufrir un desmayo en pleno partido de la Eurocopa entre Dinamarca y Finlandia, el volante del Inter de Milán ha sido operado este viernes y podría ser dado de alta. Al exjugador del Tottenham se le ha implantado con éxito un desfibrilador interno, pero su futuro en el fútbol es totalmente incierto. Con problemas en el corazón, podría no volver a jugar más en la alta competencia, a la espera de que también el futbolista como su entorno tomen una decisión al respecto.
El desfibrilador interno que desde ahora lleva Eriksen controlará el ritmo cardiaco para evitar que atraviese por episodios similares al ocurrido el pasado sábado en la cancha del Parken Stadion de Copenhague. El dispositivo no le impedirá la práctica del fútbol y hará una vida normal, aunque mucho dependerá del crack del Inter de Milán de querer continuar estando en los campos de juego de manera profesional.
La medida podría parecer una mala noticia, pero otros futbolistas como el neerlandés Daley Blind pudieron continuar con sus carreras después de habérseles implantado un desfibrilador parecido. Sin embargo, para el cardiólogo Jérémy Descoux, las opciones para el jugador son escasas.