El presidente chileno, Sebastián Piñera, salió al paso el jueves a las críticas desatadas por declaraciones que hizo a la cadena CNN sobre una supuesta intervención extranjera en el estallido social de octubre y el origen de ciertos videos divulgados por la prensa que revelaron violaciones de derechos humanos.
En la entrevista, transmitida parcialmente el 15 de diciembre y completa el 22 de diciembre por CNN en español, Piñera habló de una “campaña de desinformación, de noticias falsas, de montajes para crear una sensación de desorden y de una crisis total”.
Mencionó que hubo “participación de gobiernos e instituciones extranjeras”, y que algunos videos relacionados con violaciones a los derechos humanos difundidos en los medios chilenos y extranjeros eran falsos y filmados fuera de Chile o tergiversados.
La reacción a los comentarios de Piñera tomaron fuerza en la prensa chilena, al punto que el fiscal nacional de Chile, Jorge Abbott, afirmó el jueves que todos los videos sobre violencia policial en manifestaciones que ha analizado el Ministerio Público fueron grabados en el país.
El fiscal dijo que la veracidad de los registros que reciben a través de distintos canales, como redes sociales o los números de Whatsapp dispuestos especialmente para ello, es analizada constantemente.
La portavoz del gobierno, Karla Rubilar, salió el jueves a explicar las palabras de Piñera, diciendo que “hay que ser extremadamente cuidadosos dentro de las noticias porque dentro de estos 60 y tantos días hemos tenido imágenes de policías con vulneraciones de derechos humanos de otros países y también de vulneración de derechos humanos de Chile, pero de otro contexto y de otros años”.
El propio Piñera publicó por la noche un mensaje de Twitter en el que explicó sus comentarios.