Hay tantos métodos que uno se cruza cuando busca bajar de peso, que al final termina recurriendo a medidas desesperadas. Eso sí, esas casi nunca nos funcionan porque suelen privarnos de lo que justamente nos encanta, por lo que tiramos la toalla y recaemos en el círculo vicioso. Tal vez por eso, la dieta de la que aquí hablamos parece ser tan prometedora. Sigue leyendo.
Para los amantes de las pastas siempre ha sido una gran tortura pasar por el nutricionista. Y es que no hay que ser brujo para saber que las primeras cosas que nos prohíben cuando empezamos la dieta son las pizzas, los fetuccinis y todas esas cosas ricas que nos legaron los italianos. Pensando en ellos, Frances Largeman-Roth y Ellen Kunes crearon un plan alimentario para bajar de peso que permite el consumo moderado de almidones resistentes, los mismos que están en carbohidratos como pastas y cereales integrales.
La dieta también considera el consumo de carnes magras, lácteos bajos en grasas y, por supuesto, muchas frutas y verduras. En el libro “La dieta de la pasta”, donde se explica más a detalle la dieta, las autoras componen un menú de 75 recetas sencillas que te ayudarán a saciarte y a balancear tu alimentación para perder peso. El plan está pensado para un régimen de dos etapas: una de impulso, de 7 días, y otra de inmersión, que dura 21 días.
En contra de lo que se cree, las pastas poseen un bajo valor calórico y son fuente de triptófano, un ácido esencial que combate el decaimiento y brinda energía. Con esta dieta, podrás aprovechar estos beneficios, disfrutar de deliciosas pastas y, además, bajar de peso. Eso sí, tal vez haya que bajarle un poco a las salsas porque esas sí que engordan.